miércoles, 25 de mayo de 2011
MANTÉN TUS OJOS ABIERTOS,BUSCA REVELACIÓN Y CONOCIMIENTO DE LA VERDAD !!!!!
ABRE TUS OJOS IGLESIA, ¿O EL SEÑOR NO TE DEJO EJEMPLO PARA QUE HAGAS CONFORME A LO QUE EL ORDENÓ ?
Balaam. Apoc. 2:14, “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación”. Véanse Núm. 25:1-3; 31:15, 16. Dice 2 Ped. 2:15, “Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad”; es decir, él quería aceptar el dinero del rey Balac para maldecir a Israel, pero cada vez que abrió su boca para maldecirles, habló más bien palabras de bendición, porque él era profeta y Dios estaba con su boca. Fallando eso, entonces enseñó a los moabitas a seducir a los israelitas a cometer fornicación e idolatría con ellos y de esa manera Dios mismo mató a muchos miles de ellos (los israelitas), como explica Núm. 25.
Todos los falsos maestros. Mal. 2:8, “Mas vosotros (sacerdotes, v. 1) os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos”. Mat. 15:14, “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo”. En este texto Jesús condena las tradiciones de los hombres (v. 8, 9). Los maestros caen en el hoyo, pero llevan consigo a sus seguidores. Sant. 3:1, “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación”.
. Los líderes infieles hacen que el pueblo peque. 1 Sam. 2:22, “Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. 23 Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. 24 No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová”.
¿Por qué eran así los hijos de Elí? V. 29, Dios dijo a Elí, “has honrado a tus hijos más que a mí”. Pero ¿cómo? 1 Sam. 3:13, “porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los reprendió”.
Por lo tanto, Elí compartió la culpa de sus hijos. Los padres que no disciplinan a sus hijos los hacen pecar. Es reacción en cadena: los padres no disciplinan a sus hijos, entonces los hijos son rebeldes y pecan, y hacen pecar a otros (“hacéis pecar al pueblo de Jehová”).
El ejemplo malo de los padres “hace pecar” a los hijos. La enseñanza mala o la falta de enseñanza buena “hace pecar” a los hijos. Efes. 6:4, “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”.
Los que causan divisiones. Hechos 20:30, “de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”. Rom. 16:17, “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”. Para los tales los miembros de la iglesia son pura mercancía. Ped. 2:3, “por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas”. Jn. 10, Diótrefes “no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohibe, y los expulsa de la iglesia”. Tales hombres pecan y hacen pecar a otro
Lev. 19:14, “delante del ciego no pondrás tropiezo”. Isa. 57:14, “Allanad, allanad; barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo”.
Satanás obra a través de todos los que se presten para su servicio para hacernos caer, pero todo cristiano debe anhelar ayudar, edificar y salvar almas, y nunca ser tropiezo para otros. Tampoco debemos regocijarnos cuando alguien tropieza: Prov. 24:17, “Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes, Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón”. 1 Jn. 2:10, “El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo”.
1 Tim. 4:16, “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”. 2 Cor. 6:3, “No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo”.
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